“¡Ya duermes!” by Luisa Pérez de Zambrana (1835-1922). English translation by Liz Henry.
¡Ya Duermes!
(En la muerte de la ilustre poetisa Mercedes Matamoros)
¡Paloma de alas de águila, ya duermes!
y anegadas en llanto mis mejillas,
beso, a la luz de los luceros tristes
tus divinas estrofas, de rodillas.
Que tu lira ¡oh sublime soñadora!
lleva en sus cuerdas de zafiro el día,
y de tu voz, se escuchará en los siglos
la inmortal, la dulcísima elegía.
¡Ay! que irradiaban en tu mente excelsa,
mares tornasolados e indecisos,
lunas de plata, en ignorados cielos,
soles iluminando paraísos.
Y sollozaron en tu herido pecho
suaves lamentos de un laúd sin calma,
y exhalaron celestes armonías
ruiseñores divinos en tu alma.
¡Dulce sirena griega! como Safo,
fuiste sueño, pasión, fuego y delirios,
y fuiste un cáliz de luciente nácar
sobre un altar de inmaculados lirios.
¡Musas, que sobre el féretro inclinados
las veis dormida con el arpa de oro!
Cubridla ¡oh musas! con el mar de perlas
de las acerbas lágrimas que lloro.
Que amé el pesar de su sonrisa triste,
y el inmenso dolor de su mirada,
y aquella luz que circundó su frente
por sueños de otros mundos abrasada.
Y adoré, con la túnica de mártir,
su imagen blanca, pálida y herida,
y vengo a ungir con oloroso nardo,
su inspirada cabeza de elegida.
Que algo que no se ve, miraba sola,
en las azules medias noches bellas,
siguiendo su inefable melodía
la música de luz de las estrellas.
¡Cisne del cielo sobre alada nube!
en el imperio azul recibe en calma,
el amor infinito de mi seno
y el incienso sagrado de mi alma,
mientras la patria de azucenas cerca
tu figura de pálido alabastro,
y tú amorosamente la bendices,
pasando dulcemente sobre un astro.
So soon you sleep!
(on the death of the illustrious poetess Mercedes Matamoros)
Dove with eagle wings, so soon you sleep!
and, my cheeks brimming with tears,
on my knees, under the light of sorrowing stars,
I kiss your divine verses.
How your lyre–oh sublime dreamer!
bears daylight in its sapphire strings,
your voice will be heard for centuries;
elegy immortal and most sweet.
Ay! how they shine from your lofty mind:
light-reflecting, ambiguous oceans,
silver moons in unimagined skies,
suns illuminating utopias.
And they sob on your wounded breast,
with the soft laments of a restless lute,
and they sigh celestial harmonies,
those divine nightingales of your soul.
Sweet Greek siren! like Sappho,
you were dream, passion, fire and delirium,
and you were a calyx of shining nacre
on an altar of immaculate lilies.
Muses, you who gather round the coffin,
gaze upon her, sleeping with her golden harp!
Cover her, oh muses! with an ocean of pearls
from the bitter tears I weep.
How I loved the weight of her sad smile,
and the immense sorrow of her gaze,
and that light that surrounded her brow
from her burning dreams of other worlds.
And I adored her, her white image,
pale and wounded with her martyr’s shirt,
and I come to anoint her with perfumed balm,
her inspired mien, her air of being a chosen one.
How something which can’t be seen, gazing alone,
in the blue midnights, lovely,
how it follows her ineffable melody–
the music of starlight.
Swan of the skies on winged mist!
receive in peace, in the imperial blue,
the infinite love from my breast
and the sacred incense of my soul,
while your country wreathes
your pale alabaster form with lilies,
and you most lovingly give your blessing
as you step neatly over a star.
me gusta mucho el estilo de Luisa Pérez de Zambrana pero en su homenaje a Mercedes Matamoros me gusta más el primer poema, tiene mas cadencia, más musicalidad es suave, al escucharlo alaga el oído y deleita al lector. Yo soy buena lectora y aveces me atrevo y hago algo como esto:
A las puertas ya del invierno
cuando el otoño hace caer
las ultimas hojas de mi juventud
y el tiempo comienza a bordar
con lentejuelas blancas
mis cálidas noches,
apareces tù sol radiante
de rayos cegadores
después de mirarte
ya no he vuelto a ver
sino tu sonrisa
Y se que es un sueño
un fuego fatuo
que los claros del día
van a deshacer,
como un copo de nieve
cuando llega el verano
se convierte en agua
y hecha a correr,
así, te alejarás de mi vida
dejando en mi alma toda la dicha
que hiciste renacer.
Ofelia Pimentel