Poem by Enriqueta Arvelo Larriva, 1886-1962, Venezuela. English translation by Liz Henry.
Balada de lo que oí
No supe quién me lo dijo.
El acento, divino.
No supe quién me lo dijo.
No corrí tras los detalles
cuando oí lo infinito.
No supe quién me lo dijo.
Lo oí.
¡Dichoso el oído mío!
En ese instante se hizo en mí lo armonioso.
Lo que oí va eterno y limpio.
Y qué tremenda la gracia
de no saber quién me lo dijo.
Ballad of what I heard
I didn’t know who told it to me.
The voice, divine.
I didn’t know who told me.
I didn’t dwell on the details
when I heard what’s infinite.
I didn’t know who told me.
I heard it.
So lucky, that hearing of mine!
In this instant, in me, it creates what’s harmonious.
What I heard runs eternal and clean.
And how tremendous the grace
of not knowing who told it to me.