Manos Feminiles

Poem by Emma Vargas Flórez de Arguelles, 1885-19??, Colombia. English translation by Liz Henry.

Manos Femeniles

Manos oficiosas que en vez de la aguja
empuñáis la pluma que el anhelo empuja
y en vez de calados formáis un ronde;
sois las secretarias activas del alma,
que en horas felices trabajáis en calma
versos armoniosos de acíbar y miel.

Hay manos pequeñas de blancor de cirios,
que en la vida enjugan los lentos martirios
de los perseguidos por algún dolor;
son manos de madre que bendicen y oran,
son manos de hermana que cariños imploran
y nuestros senderos salpican de amor.

Varones marcados con nimbos de gloria:
respetad las manos que limpias de escoria
hilan sus encajes con rayos del sol;
las que con visiones de su fantasía
decoran el verso, llenas de alegría,
dejando en sus letras dorada ilusión.
\
Doncellas esquivas y bellas esposas,
interpretadoras de las mariposas
que van y que tornan en vuelo gentil:
no sois escritoras, sois trovas errantes,
del Divino Artista quimeras flotantes
que traen misteriosa caricia sutil.

Hay frágiles dedos que el hambre adivinan
en los pequeñuelos, que suaves se inclinan
y que distribuyen todo con afán;
semejan de Cristo las manos liliales
que con su contacto curaban los males
y multiplicaban los peces y el pan.

Dedos que aprendieron la santa obediencia,
que dulcificaron amarga existencia
y que han respetado la vida, el honor
Van para esas manos de virtudes llenas
enhiestos manojos de albas azucenas
y la unción perenne de nardos en flor.

Dejad que las ostras busquemos muy lejos
la eterna belleza de limpios reflejos,
la lumbre de Sirio que tiembla en el mar,
y que nuestra mano, que la mente obliga
jamás en la lucha demuestre fatiga;
perdonad si sólo sabemos soñar.

Mujeres de América, de sueños hermanos:
para el himno nuevo todas nuestras manos
tejerán un verde ramo de laurel,
y–unidas–pondremos de nuestros jardines
las frescas violetas, los raros jazmines,
las lilas frondosas, el rojo clavel!

Feminine hands

Professional hands that instead of a needle
take up the pen, driven by longing,
and instead of embroidery, shape verses;
you’re the busy secretaries of the soul,
that in happy times, peacefully create
harmonious verses from honey and vinegar.

There are small hands, lily-pale,
that all their lives soothe the tears of slow martyrdom
of those who are persecuted by sorrow;
they’re mother’s hands that bless or pray,
they’re sister’s hands that beg for tenderness
and scatter love in our paths.

You men marked with glorious halos:
respect the hands that, innocent of slime,
thread their laces with rays of sunlight;
hands that with fantastic visions
decorate their verse, full of happiness,
leaving in their letters golden illusion.

Shy maidens and lovely wives,
interpreters of butterflies
that drift and flutter in the gentle breeze:
you’re not writers, you’re nomad poems,
floating chimeras of the Divine Artist
that bear his mysterious subtle caress.

Fragile fingers that detect hunger
in little children, that softly summon up
and distribute everything longed-for;
similar to Christ–those lily hands
that with their touch cured all ills
and multiplied the loaves and fishes.

Fingers that learned holy obedience,
that sweeten bitter existence
and that have respected life, honor.
Through these hands full of virtue
slip handfuls, raised, of white lilies
and the eternal unction of narcissus in flower.

Let it be that we search far, far, for pearls,
for the eternal beauty of clean reflections
for the light of Sirius that trembles in the sea,
and that our hands, directed by reason,
never show battle-weary scars;
pardon us if we only know how to dream.

Women of America, sisters of dreams,
for a new hymn, our hands together all
shall weave a laurel wreath,
and–united–we’ll add from our gardens
fresh violets, exotic jasmine,
leafy lilies, red carnation!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *